1 de marzo de 2015

EL CEMENTERIO DE LOS EXTRANJEROS EN LA GUAIRA





El establecimiento de este cementerio, tiene su origen en gran medida, a la intolerancia  religiosa que predominaba en el siglo XIX, ya que las autoridades eclesiástica venezolanas, rechazaban otorgar la sepultura   en los cementerios católicos a creyentes de otras religiones principalmente protestantes, anglicanos y judíos,  así como,  a personas que se identificaran o pertenecieran a  logias masónicas.

Luego de la independencia de Venezuela,  se incremento el comercio entre Gran Bretaña y Venezuela, influenciado principalmente por el apoyo favorable de gran Bretaña a la independencia, y donde muchos británicos participaron militarmente. Producto de este hecho una infinidad de estos y otros que fueron llegando progresivamente al puerto y ciudad de La Guaira,  se asentaron en esta y fueron generando todo un movimiento humano, donde fueron llegando personas de otros países europeos entre ellos alemanes, holandeses, franceses, así como de los Estados Unidos de América, siendo en su mayoría practicantes de religiones diferentes a la católica y otros eran masones.

Esta negación del clero católico, conllevo posiblemente incentivado  por el Cónsul inglés Sir Robert Kerr Porter, a que un grupo de extranjeros integrado por C.D. Strohm, M. Wolff, Otto Winckelmann, H. Stall, C.C. Nolting y R. Roosen Runge constituyeran la Sociedad del Cementerio de los Extranjeros. Posteriormente hicieron contacto con el Sr. Robert Syers a quien le compraron un terreno ubicado entre el río Guanapa y Punta de Mulato, y que formaba parte de su estancia en Guanapa.

La venta quedo legalizada el 20 de enero de 1853, como se lee en el siguiente texto
Consta por el presente documento como Robert Syers vecino de esta villa de La Guayra, mayor de edad he vendido a los señores  C:D. Strohm, M Wolff, Otto Winckelmann, H. Stall, C.C. Nolting y R. Roosen Runge, quienes actualmente componen la dirección de la Sociedad del Cementerio de los Extranjeros, establecido en esta villa de La Guayra un pedazo de terreno de Ochenta y Cinco Varas de fondo y Treinta y Cinco Varas de frente, situado en el lugar llamado Guanapa …….de esta villa entre el cauce presente del río Guanapa y Punta de Mulato, lindando por el Norte, que es su frente con la playa del mar, camino de por medio, por el sur que es su fondo con el cerro de Cavides terreno mío de por medio, por el este, con terreno de mi propiedad y por el oeste con posesión de José Chaves.

        Con estas condiciones vendo y transmito a la citada sociedad del Cimenterio de los extranjeros, quienes en lo futuro la representasen y á quien por causa hubiesen la  propiedad de estas. Dos mil Novecientos Sesenta y Cinco Varas cuadradas con todos su s usos y costumbres. Pertenencias y servidumbres, libre de todo gravamen en la Cantidad de Cuatrocientos pesos.
Firmado en La Guayra el 20 de enero de 1853 por Robert Syers y Jefe de la Oficina Crisanto Díaz
En la venta del terreno, Robert Syers también otorga a la sociedad que compraba el terreno, el derecho de dos horas de agua todos los lunes de la semana.

Anteriormente esta estancia de Guanapa había sido propiedad de Clemente Larraga, vecino de Turmero, y comprada por Syers el 23 de octubre de 1840, mediante documento registrado en el Cantón de Turmero. Y estuvo  gravada con un censo a favor de don M. García Severco o el Colegio Seminario, y que resultaba ser una Capellanía a favor de Sebastián Ortega, hijo de Marcelino Ortega.

                Con la creación de este cementerio se ponía fin al canón inquisitorial de discriminar a los muertos, quienes eran lam¡nzados al mar o debían ser sepultados en pequeños panteones privados fuera de los cementerio y en haciendas. 

De acuerdo al registro del cementerio, la primera persona enterrada fue un joven de 23 años cuyo nombre era Alan Rowses, nacido en Seberk y empleado de oficina en la casa de un señor llamado Vicente, murió debido a la calentura amarilla (fiebre amarilla) el 14 de diciembre de 1852 y enterrado al día siguiente a las 6 de la tarde, el  médico tratante fue Wolf Kiurke, y la cedula del cementerio la firmó C.D. Strohm.

Para 1891, ante la necesidad de extender el cementerio, el director de la sociedad para ese momento Johanes Páterson, compró por 6.800 bolívares, al señor Jacinto león, un área de terreno adyacente por el oeste, siendo sus linderos por el Norte: el camino que va a Macuto; por el Sur: con la primera hilera de coco; por el Naciente con la primera hilera de cocos de esa dirección y por el poniente: la pared del cementerio, en el documento se indicaba que en la venta  no estaban incluidas las matas de coco.

Entre algunos de los personajes enterrados en este cementerio, tenemos al considerado padre de la fotografía en Venezuela Federico Lessmann, fallecido el 10 de noviembre de 1886, y  quien fuera el fotógrafo de los presidentes José Antonio Páez   Juan Crisóstomo Falcón y Antonio Guzmán Blanco. Tenemos al general Daniel Dibble, quien ocupó varios cargos en el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, participó en la toma de Curamichate, fue jefe civil de La Guaira, era ingeniero y participó en la construcción del Capitolio de Caracas, así como en la construcción de uno de los muelles de La Guaira; también se halla el reconocido poeta y escritor Jacinto Egui, el gran educador Juan Aranaga, el reconocido médico Cesar Almaral, los reconocidos prohombres y Venerables Maestros Masones de la Logia Unanimidad Nº 3 de La Guaira Elpidio Aranaga, León Marcou, Juan Gasperi, Antonio Delfín Rato, Federico G. Cortez así como otros reconocidos masones de La Guaira; igualmente encontramos al excelente comerciante y filántropo Celedonio Pérez, personaje muy querido en la Ciudad Histórica La Guaira, fallecido en el año 1927, hay una referencia que dice “Toda La Guaira se detuvo, se detuvo el puerto de La Guaira para honrar su memoria. El féretro fue llevado en hombro desde lo que es actualmente la Catedral de La Guaira hasta el cementerio. En El mar todos los barcos estaban en fila, e iban andando al mismo ritmo del féretro, y todos los barcos pararon frente al cementerio y tocaban las cornetas en señal de respeto”. 

También se encuentran enterradas en dicho cementerio, Teresa y Carlota Rivodó hijas de reconocido escritor y poeta guaireño Ermelindo Rivodó además de otros familiares de los Rivodó y Dominguez Rivodó, como el significativo comerciante guaireño Oscar Domingo Rivodó. igualmente se encuentran los ancestros y familiares del recientemente fallecido Magistrado Elio Gómez Grillo, y otros familiares de conocidas familias guaireñas como los Moreau, Wallis, Lergorburu Guia, Semidey, dupuy, Bottaro, Marturet, Nahmens, De Veer, Winy muchas más, las cuales podrá observase en el registro original existente del cementerio. Otro Hecho importante se refiere a la colección de monumentos y escultural presentes en dicho camposanto, los cuales fueron realizadas por reconocidos artista de la escultura donde se resalta al italiano Emilio Gariboldo, quien participo en el diseño y construcción del Parque El Calvario entre otros. En fin sería interminable nombrar a todos esos hombres y mujeres enterrados en el Cementerio de Los Extranjeros que con sus aportes hicieron grande a la ciudad Histórica La Guaira y a toda la región del actual Estado Vargas.

            El día 09  de febrero del año 1999, el Ilustre Concejo del Municipio Vargas, considerando toda esa historia declaró mediante un Acuerdo al Cementerio de Los Extranjeros como Patrimonio Cultural del Municipio, con el cual establecia su conservación para las generaciones futuras.

Artículo editado por: Whylmhar Daboín
Asesor de contenido: Abílio De Oliveira

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